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R-Conecta visibiliza una realidad que afecta a miles de personas mayores: la soledad no deseada

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Este miércoles, 11 de junio, los centros de San Juan de Dios en Madrid han celebrado la segunda edición del encuentro R-Conecta. En esta ocasión, ha estado centrado en el bienestar emocional y el cuidado de las personas mayores, poniendo especial atención a la problemática de la soledad no deseada.

La jornada ha sido inaugurada por Elena Urdaneta, directora gerente de la Unidad Territorial III de esta institución. El encuentro ha sido clausurado por Óscar Álvarez López, director general de Atención al Mayor y la Dependencia de la Comunidad de Madrid.

Salud mental y bienestar emocional

En la primera mesa de la jornada se han abordado los principales factores que afectan al bienestar emocional de las personas mayores. En este sentido, Carlos Gil Arellano, psicólogo de la Unidad de Cuidados Paliativos y Daño Cerebral de la Fundación Instituto San José; ha destacado que la soledad, el aislamiento, la depresión y la ansiedad son cada vez más frecuentes en esta etapa de la vida. Según los datos, uno de cada cuatro mayores de 65 años sufre depresión, y este porcentaje aumenta a partir de los 85. Además, el 30% de los suicidios ocurren tras la jubilación: "La jubilación es un punto de inflexión. Hay que prepararse tres o cuatro años antes", ha destacado.

Estas situaciones están relacionadas con factores biológicos, psicológicos y sociales que se intensifican con la edad, como enfermedades crónicas, deterioro cognitivo, jubilación, pérdida de seres queridos o cambios en el rol social. Todo ello puede derivar en soledad no deseada, agravada por el estigma y el edadismo.

Por su parte, Jordi Ramón Rizo, enfermero especialista en Salud Mental del Parc Sanitari Sant Joan de Dèu de Barcelona; ha hablado sobre la importancia de promover una visión optimista del envejecimiento, fomentando comunidades que fortalezcan los vínculos afectivos como protección frente a los desafíos emocionales que pueden surgir con la edad.

Asimismo, ha alertado sobre la tendencia a "medicalizar el malestar" sin abordar sus causas sociales: "Debemos trabajar más desde la humanización, desde la escucha y el acompañamiento de la persona, fomentando los vínculos, dando importancia a la unión sanitaria, social y política, para poder dar una respuesta más efectiva a los problemas de nuestros mayores".

Testimonio en primera persona

Durante el encuentro, Carlos ha compartido su experiencia personal con la soledad tras su jubilación. Sus planes de viajar y disfrutar de la vida se vieron truncados cuando su mujer sufrió un ictus y fue ingresada en la Unidad de Daño Cerebral Severo Crónico de la Fundación Instituto San José. Desde entonces, Carlos la visita a diario, pero ha hablado sobre cómo muchas personas de su entorno han desaparecido, incapaces de afrontar la situación: "Hay gente que desaparece porque huye del sufrimiento". Sin embargo, ha hecho hincapié en que "las personas que sufren tienen una mayor capacidad de volcarse con el de al lado".

Enfrentarse a la soledad y nuevas necesidades

El evento también ha contado con la participación de profesionales de Fundación ONCE y Fundación La Caixa, quienes han abordado la soledad no deseada desde una perspectiva investigadora y social. Matilde Fernández, presidenta de SoledadES y del Observatorio de la Soledad no Deseada de Fundación ONCE, ha destacado que esta afecta a cerca del 20% de las personas mayores de 75 años.

Además, ha alertado de que, en dos de cada tres casos, la soledad no deseada se vuelve crónica. Para prevenirlo, ha propuesto políticas que fomenten comunidades activas, barrios inclusivos y espacios que fortalezcan la cohesión social.

Por su parte, Javier Yanguas, director científico del Programa de personas mayores de Fundación la Caixa, ha insistido en la necesidad de repensar el modelo de envejecimiento, ya que la longevidad actual exige nuevas formas de acompañamiento.

También ha criticado la presión social por mantener una felicidad constante, lo que lleva a rechazar la vulnerabilidad y el sufrimiento, dificultando la aceptación de la fragilidad humana: "Estamos metidos en una dictadura de la felicidad, en la que se banaliza la soledad".

Finalmente, Elena Urdaneta ha expuesto que "San Juan de Dios está reflexionando sobre cómo ofrecer servicios más cercanos a las personas mayores para trabajar el envejecimiento con éxito, la prevención de la soledad no deseada y ayudar a las personas vulnerables en esta etapa de la vida para que estén mejor cuidadas y conectadas entre ellas, y así conseguir entre todos una sociedad más solidaria".

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